Un ecosistema es un conjunto de seres bióticos, es decir, seres que tienen vida, y seres abióticos, sin vida. En cualquier ecosistema el desarrollo de los seres vivos depende de las condiciones físicas y químicas de los seres inertes y viceversa.
Componentes del ecosistema
Así, se establecen intrincadas relaciones entre unos y otros, de forma que si alguno de estos factores se alterara, se producirían cambios en todos los elementos implicados.
Por ejemplo, el agua en movimiento de un río y las rocas en su lecho son factores abióticos de los que depende el salmón para alimentarse, crecer y poner huevos.
Si el agua de ese río se estancara o disminuyera su caudal, dejaría de ser un hábitat adecuado para el salmón así como para algunos mamíferos que se alimentan de él.
A pesar de esto, los seres vivos pudieron adaptarse a las nuevas condiciones. Por eso se dice que los ecosistemas son dinámicos y dependen de muchas variables.
Sin embargo, son muy delicados porque el cambio brusco de un factor podría eliminar por completo todo el complejo mecanismo de relaciones entre los elementos.
Estas relaciones pueden entenderse como un flujo de nutrientes y energía. Las cadenas tróficas o alimentarias ejemplifican muy bien su funcionamiento.
Por ejemplo, los elementos químicos del pasto que a través de la energía solar se convierten en nutrientes, son consumidos por varios insectos que a su vez sirven de alimento a algunos roedores, los cuales serán devorados por aves de caza como la lechuza. Dependiendo de su tamaño, podemos decir que existen microsistemas y macrosistemas.
¿Qué es un microecosistema?
Los microecosistemas son ecosistemas que operan en espacios muy pequeños que pueden ser de apenas unos centímetros. Normalmente los elementos que los componen suelen ser muy pequeños, incluso microscópicos y requieren de unas condiciones muy específicas para que existan.
La particularidad de los microsistemas no significa que estén aislados. Por el contrario, a menudo son una parte importante del funcionamiento de ecosistemas más grandes.
Muchas veces las condiciones ambientales más extremas, por ser únicas, permiten la existencia de microecosistemas, pues sólo unos pocos seres vivos pueden sustentarlos. Por ejemplo, los charcos sulfurosos cerca de algunos volcanes albergan bacterias que solo pueden existir en estas condiciones.
Si bien las características físicas y químicas extremas de un sitio pueden permitir la existencia de microsistemas, la mayoría de ellos se encuentran en ambientes menos hostiles.
Un buen ejemplo de ello es la Sarracenias purpureas, una planta carnívora con forma de copa dentro de la cual se generan ciclos completos de intercambio de materia y energía entre el mosquito Wyeomyia smithii, el mosquito Metriocnemus knabi, un pequeño rotífero (Bdelloidea rotifera) y miles de bacterias. y fitoplancton.
En cualquier caso, son los ambientes heterogéneos con su variedad de características físicas los que favorecen la aparición de microecosistemas o microhábitats.
Por ejemplo, la Utricularia foliosa, una planta carnívora que habita en la selva amazónica permite que en ella vivan algas y bacterias, que son a su vez el refugio de algunos microcrustáceos y microinvertebrados.
El ensamblaje de las cadenas tróficas sigue siendo complejo a pesar del minúsculo espacio en el que se producen.
Muchos de estos procesos se pueden observar en su totalidad dentro de un laboratorio. Incluso podríamos decir que el cuerpo humano constituye un microsistema para algunos organismos.
Así, algunos estudios sugieren que los tumores cancerígenos deben estudiarse con un enfoque ecológico (mirándolos como microsistemas) para comprender los procesos entre seres bióticos y abióticos que incluyen células enfermas. Esto supondría un gran salto adelante en el hermanamiento entre medicina y ecología.
Comprender un sistema de intercambio de materia y energía en un espacio tan reducido permite comprender también cómo, por su heterogeneidad, albergan una enorme diversidad de seres sin los cuales los ecosistemas mayores no podrían funcionar; En otras palabras, de ellos depende la existencia de muchos otros seres.