Los denominados como diminutivos son ciertamente frecuentes en la lengua y se forman debido a la agregación de sufijos a determinadas palabras. De esta forma, se consigue otorgarles a estos términos ciertos valores como por ejemplo, el afecto o una muestra de cariño e incluso cercanía, proximidad afectiva o similares. Ejemplos de diminutivos formados en la lengua castellana los encontramos en terminaciones como ito, para la formación de la palabra animalito, que no deja de ser una forma más de mostrar cierto aprecio a dicha criatura y por supuesto, ita, para crear otra palabra como pequeñita. Además de éste, otros posibles ejemplos de diminutivos pueden formarse a partir de illa, como en el caso de cabecilla o incluso uelo, para crear otro diminutivo como es arroyuelo.